sábado, 18 de agosto de 2012

Puto poema (escrito en 2009)


Puto Poema

I

He olvidado el ocaso sin querer,
estaba despistado mirándome las pelotas.

Qué descuidado poeta,
qué onanista,
que hijo de puta.

II

Si tus ojitos fueran aceitunitas verdes
serías más rara que hostia,
me daría miedo hablar contigo.
Sin embargo eres lisa y casi castiza,
comprometedora, real y volatriz.

Que qué opino yo del amor:
lo mismo que los policías de la delincuencia.

Si no existiera el amor, sería civil,
apenas sería azul,
iría a clase todos los días,
me preocuparía por las cuestiones
y comprendería los argumentos.

III

Hay que ser ordenado,
pequeño imbécil,
tienes que coger tu cerebro,
trocearlo, pulir todas las aristas
y meterlo en equis cajas.

Hay que ser calzoncillista,
perro enano,
hay que disimular la simpleza del pene,
hay que eyacular a escondidas,
que no te vean los demás animales,
no sea que les entren ganas de tragárselo.

Hay que tal y que cual y su puta madre,
pero nadie te regala un minuto de sangre fresca
sin exigirte a cambio una cantidad-calidad de alma.

En resumen, somos todos unos hijos de puta.


IV

Un momento.

Me acuerdo de cuando era un pequeño adán,
qué vida tan simpática:
ésta no es Eva,
ésta tampoco, esta tampoco, esta tampoco,
tampoco ésta. Sigamos buscando;
éste no es Dios, ésta tampoco,
tampoco yo. Sigamos buscando pues.

Ahora soy un entregado platón
intentando explicar a los cristianos
en qué ha consistido el plagio.

V

Iríamos sólo a los sitios que nos gustan,
dudaríamos sólo de las convicciones propias…
Qué pena, por cierto, que haya muerto tanta gente interesante
en la guerra civil.

VI

Sólo me queda soñar que sudo sobre la playa,
que tengo domingos por la mañana en el estómago,
que una brisa de paella me despeina el pubis.

Camino con mis zapatillas blancas
por el paseo fluvial sembrado de caras,
muchas tetas geométricas, me han llenado de agua.

VII

Si no escribieras nada qué más daría,
leí en la lápida azul del aire,
yo también tengo muertos en las axilas
como aquellos que prometieron la democracia.
Algunas cosas bien y otras tan mal…,
Eco en el boulevard de la tranquilidad.

Estribillo y caca seca,
remos y arena,
perros y ganas,
gracias y hasta luego.


IX

¡Espere, señora,
se ha dejado aquí los chorizos,
las rosas y los espermatozoides!

Qué señoras son a veces las personas.
¡Señora, que se ha dejado usted aquí la idiotez!

Llévese, señora,
toda esa propaganda de la mentira
y déjeme violarla en privado. Prometo no existir.

Pero todas las circunstancias fueron climáticas
y los abdominales se me irán desdibujando.

X

Nada más
de momento,
gracias.

viernes, 17 de agosto de 2012

Si entras en mis ojos

Desde la última vez que escribí hemos maquetado seis canciones más, ya son nueve las que tenemos preparadas. Me cuesta escribir aquí sin desvelar los título que integrarán este nuevo disco, aún sin título, que estamos haciendo. La última que hemos grabado es Si entras en mis ojos. Es muy probable que esta sea la primera canción del disco. Es una canción que hice pensando en mi exmujer, después de tantos años le pedía que se quedara conmigo "en la canción". Luego descubrí que estaba hablando para todo el mundo, para las personas que han querido entrar en mi mundo, en mi forma de velo, para las que han querido entrar en mis ojos. También hablo en la canción de mi revolución mental, la que busco y quiero propiciar con estas canciones. 

A continuación os dejo un vídeo de esta canción tocada en el concierto que di en mi cumpleaños en Libertad 8, fue la primera. La grabó mi padre, que he hecho un canal en YouTube para subir un montón de vídeos que tiene muy interesantes de los últimos conciertos en Madrid y Salamanca.


También he encontrado hoy otro vídeo. Es de la noche vieja 2011-2012. La pasamos en el Cotton Club de Salamanca haciendo una jam session, la mejor forma de comenzar el año en el que deseaba grabar un disco nuevo. Se está cumpliendo. Espero terminar el año presentándolo, y pasar el 2013 viajando para presentarlo por ahí. Os pongo el vídeo.



Gracias a los que estáis leyendo estas palabras y compartiendo conmigo la ilusión de hacer un nuevo disco.

lunes, 6 de agosto de 2012

"Sentidos y sinsentidos de Andrés Sudón"

He encontrado en una vieja página web un texto que me ha gustado mucho releer. Lo escribió hace más de diez años mi querida Irma Correa. Ella estaba estudiando periodismo, y escribió este perfil como trabajo de clase. Se trataba de hacer el perfil de un artista, pero creo que fue más allá, aún me sorprende el profundo y cariñoso conocimiento que esta sensible e inteligente persona tiene acerca de mí.

He de decir que lo de "(...) lo que pretende no es comunicar, sino existir (...)", es cierto, aunque a día de hoy pretendo las dos cosas. Por lo demás me veo reflejado y, a veces, abrumado. Leerlo me ha transportado a esa época en la que estaba a punto de trasladarme a Madrid por primera vez, para vivir muchas aventuras y desventuras. Después de todo, no parezco muy diferente.

En estos días de verano, cuando cierto existencialismo me envuelve, me viene bien este reencuentro con mi yo del pasado. Pongo a continuación el texto:

Sentidos y sinsentidos de Andrés Sudón
por Irma Correa

Ojos

Los ojos de Andrés Sudón recuerdan a un cuadro multicolor y pluriforme, de esos que a primera vista aparecen sólo como un vestigio de lo que son, pero que concentrando todos tus sentidos en ellos terminan mostrándote nuevas formas y nuevas ideas. Una palmera. Una casa roja de dos plantas. Una ola. Un cocodrilo. Un tren. Lluvia.

Son unos ojos estáticos. Necesitan tiempo y pausas para ver lo que ven y canalizar lo que han visto. Se clavan y dejan clavados. Pero también rige en ellos la ley de la gravedad: escapan irremediablemente hacia el centro de la belleza.
 
Cuenta que cuando leyó "El Alquimista" de Paulo Coelho su vida retomó la consciencia de la abstracción. Hasta entonces, las cosas formaban parte de un todo circular. Primero las miraba, luego las veía, y por último las atrapaba para su colección personal. Sin embargo, siempre supo que todas y cada una de las esencias que guardaba tendrían un sentido específico. No guardaba por deleite, sino en condición de humano pensante. Por eso cuando leyó el libro supo por qué le gustan tanto la primavera, los gatos y las sonrisas.

Él no mira lo que todo el resto. Mirar está de más. Y está de más cuando se tiene gafas. Hay que ver. Esto lo supo con tres años, cuando le hicieron llevar gafas durante algunos meses sin tener falta de vista. Veía todo borroso y los primeros días se quejaba a su madre porque necesitaba ver la tele y dejar de tropezarse. Su madre le puso una goma a las gafas para que no pudiera quitárselas. Al final se acostumbró tanto a su difuminada realidad que no se acuerda de cuándo terminaron por quitarle las gafas, sino de todo el tiempo que vio a través de ellas. Sus ojos se adaptan pero nunca son sumisos.

Manos
.
Aunque lo habitual se verle tocar la guitarra, lo cierto es que sabe tocar varios instrumentos, entre ellos el violonchelo. Dice que es demasiado estático, que no le deja moverse. Quizá sea un sol sostenido, que le hace agarrotar las piernas para poder acariciarlo.

Pinta colores. A veces no sabe lo que está pintando. Otras veces pinta lo que sabe pero con formas que casi nadie entiende. Y la mayoría de las veces pinta lo que ve con sus oídos.
Le gusta escribir sobre este mundo y sobre muchos otros. su lenguaje es de una cotidianeidad asintática. Ha escrito poesía, cuentos, canciones y una novela. todos ellos son él. Es consciente de que los sujetos, los verbos y los predicados existen para enredar con ellos, no para sentirse sometido. Por eso cuando la gente lee lo que escribe no lo entiende. Precisamente porque lo que pretende no es comunicar, sino existir.
 
Su mano derecha tiene uñas largas. Con ellas rasga las cuerdas, desafía a la hamburguesa con queso y hace cosquillas a sus gatos Suiti y Luna. Todo esto hace que no pueda siquiera echar de menos jugar al baloncesto. Nadie necesita instantes de distracción para evadirse de una realidad poética.
 
Las venas de sus manos están visibles todo el tiempo. Son anchas y fuertes, pero no muy numerosas. Él dice que es de tanto tocar la guitarra. pero lo cierto es que hace tiempo decidieron alinearse para contraatacar a los focos sin nombre. Por si acaso.

Boca.

Aunque suene extraño tiene una boca con rayas. Porque no sólo tienen rayas sus labios, como todo el mundo, sino que cuando habla las palabras se van colocando en perfectos pentagramas, de tal manera que cuando habla, canta.
 
Suele decir que le cuesta cantar. Que le duele. Y no es que se quede ronco después de cada concierto, sino que su voz va coloreando el ambiente hasta que desaparecen los espacios en blanco. Es muy duro pintar con la voz.
 
Habla sin parar y le gusta que le escuchen. Dice cosas coherentes y otras que no lo son tanto, pero incluso estas penetran en las orejas del oyente como si fueran mantequilla. Recuerda un concurso de debate al que se presentó con su instituto hace años y en el que llegaron a la final. En las fases previas él y su grupo tenían perfectamente aprendidas las argumentaciones que habrían de dar en cada tema. por supuesto tanto a favor como en contra. Llegado el momento de su intervención en esta final, su cabeza y su boca dijeron "no" a lo que debía decir y no dijeron nada. Sólo silencio. Y aunque perdieron, disfrutó más de ese espumoso instante que de las palabras que no pronunció y que le hubiesen dado la victoria. Esas palabras no fueron pronunciadas porque nunca legaron a ser suyas.
 
Más de una de una vez le ha pasado que estando en un concierto el murmullo de la gente se convierte en un coro atonal. Entonces para. Se aleja del micrófono y sigue cantando. Pero si el desagradable ronroneo continúa vuelve al micrófono y canta para ellos, para los grillos. No sabe si le entienden o no, pero por lo menos les hace unirse a la melodía.
Alguien dijo una vez que el pensamiento es como un extraño río de luz que moja los rincones más cotidianos. Andrés moja sus días con pasos, cigarros y un cuaderno azul.

Nariz.

Andrés tiene una nariz especial. Despunta hacia el suelo y se anchea brevemente hacia los pómulos, más que nada para advertirles de que es ella la que se encarga de otear los imprevistos y los previstos. Sus pecas ennegrecen cuando algo no marcha del todo bien, y se vuelven naranjas cuando ha respirado hondo y lento.

Sobre su nariz descansan unas gafas de pasta azul. Antes que ellas, unas de color metal se movían inadvertidamente entre ojo y ojo. Las azules delimitan la frontera nariz-ojos. Son las gendarmes de su expresión facial. El único estado policial que Andrés permite en su cuerpo y en su vida.

Su nariz está acostumbrada a soltar la alarma cuando una persona desprende un hipócrito aliento de verdades. Entonces moquea, se arruga y se tensa. Sin embargo, el resto de su cara se relaja, mostrándose cordial y afectiva. No pasa nada, pero el olor perdurará hasta nuevo aviso en el cajón de los desconciertos"

Fotografía de José Antonio Morena que acompaña al texto en la página donde lo encontré

Sobrenatural

Hoy hemos tomado medidas y comenzado a vestir a la canción Sobrenatural. De nuevo ha sido gratificante la sesión de trabajo, el tiempo pasa volando jugando con Antonio de Pinto. La canción tiene una dinámica y unos arreglos claros. Va a quedar muy bonita. Esta es de las bonitas. Ya imagino el cello de Óscar Martín, la flauta de Álvaro Benito, la guitarra de Alberto Navales... El esqueleto ya anuncia la mágia que pretendemos.

Esta canción la compuse hace un par de veranos, cuando vi una foto de unas vacaciones de tres años antes. Una foto llena de belleza, pero que me creó cierta sensación de desasosiego. Aquí os dejo una versión con Alberto Navales a la guitarra y José Congosto en la percusión.



Quiero terminar diciendo que es probable que ya no desvele muchas más canciones, quiero dejar algo en secreto, como sorpresa. También quiero decir que voy a usar este blog para más cosas que para hablar de la grabación del disco. Hola.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Amores indoloros

Hoy hemos tenido una nueva sesión de trabajo, seguimos haciendo demos para ver por dónde va a tirar la producción. No sabíamos muy bien qué íbamos a hacer ni cuánto podríamos progresar hoy, ya que no teníamos mucho tiempo. Sin embargo nos decidimos por Amores indoloros, una de las más importantes del disco, de hecho, si no fuera un poco cursi, casi podría llamarse así, pero esa es la esencia del álbum, la evolución personal hasta llegar a no apostar por el dolor en ningún caso, sino por la naturalidad y el placer (no el desfase, el placer, como el que da beber un baso de agua, por ejemplo).

Antonio de Pinto es una máquina, y la hemos dejado casi para publicarla. Le ha dado el estilo y la forma que yo soñaba sin saber imaginarlo. Es muy buena la comunicación entre nosotros, y muy similares nuestros gustos, de modo que no perdemos el tiempo discutendo qué hacemos o no. Parece que, de momento, lo vamos teniendo claro. 

La canción la hice cuando la soledad se marchó al regresar ella de su largo viaje. El tiempo que pasé conmigo me sirvió para entender que el amor ha de ser algo bueno, ya me basto yo solo para darme problemas y disgustos, para eso no necesito a nadie. Pero sí necesito a alguien para hacerme feliz y estimular mi existencia."Quiero estimulantes amores indoloros, / no llorar sobre el inodoro".

Os dejo una versión que hicieron Dani Fernán y Paula de Alba aquel día tan bonito que todos en el Micro Abierto Libertad 8 cantaron mis canciones.