sábado, 12 de enero de 2013

Los últimos conciertos

Tengo pendiente hablar del concierto del 5 de Noviembre en el Libertad 8. Después del concierto en el Galdós en Septiembre, acompañado por Alberto Navales a la guitarra, y el del Dog and Roll en Octubre, acompañado por el violonchelo de Óscar Martín, me decidí a tocar solo en Libertad 8. Toda la aprehensión que sentí en el primero, se desvaneció en el segundo, y el tercero fue... normal. Aún me faltaba algo. Estaba obsesionado con cuestiones técnicas: la voz, la forma de tocar, la estructura del concierto, los comentarios entre las canciones... No se me ocurrió pensar en algo que encontré el 4 de Diciembre en el Dog and Roll, el primer concierto de una nueva era para mí.

Antes del concierto me pareció imposible que funcionara. Venía de presentar el Micro Abierto Libertad 8, y estaba cansado y estresado, ya que había habido múltiples incidencias. Se me ocurrió la idea de encerrarme en el almacén del bar y dedicarme a cantar sin palabras, improvisando la música. Pronto comencé a relajarme y perdí la noción del tiempo. También para relajarme decidí no hablar entre canción y canción.

Cuando subí al escenario me puse a tocar un loop que últimamente me acompaña a todas partes, una armonía que va dando vueltas en espiral hacia mí mismo. El espacio empezó a llenarse de esa música, que sirvió de protección contra lo banal que hay en mí. Me explico: hago mis canciones desde lo más profundo, muy concentrado en la verdad en siento; después me subo al escenario y comienzo a decir bobadas que sólo sirven para sacar algunas risas y para desconcentrarme. Esa música iba a sustituir a mis estupideces en este concierto.

Es una pasada tocar sin micrófonos. La acústica del Dog es excelente, y se oye cada respiración que se hace en el escenario. Estaba desnudo, no me podía ocultar tras el micrófono. En este concierto me sentí a mí mismo plenamente. Creo que nunca he estado tan agusto. Pero en mi iluminada soledad, tuve la suerte de ser acompañado por primera vez por Manu Clavijo al violín y a los coros. He tocado con muchos músicos. En ocasiones he sentido que yo era un raro intentando hacer música rara con personas normales. Manu se adapta mi forma  a mi fondo con asombrosa facilidad. si ya me estaba sintiendo bien, su compañía me hizo sentir un gran placer. He de decir que para este concierto Manu y yo ensayamos exactamente quince minutos. Mi obsesión con ensayar y con ser perfecto en la ejecución, ahora me parece una tontería. Alma es lo que necesita la música (eso sí, tras muchos años trabajando la técnica, que quede claro).

Más personas muy bonitas me acompañaron en este concierto INOLVIDABLE. Mi amiga y hermana Andrea Mazas recitó un poema hecho como respuesta a una canción que le escribí hace años, cuando estábamos intentando entender nuestra relación. Fue algo ritual y trascendente. Mi querida Marta Plumilla, la artista a la que más admiro de los que están a mi alrededor, también cantó conmigo dos canciones muy importantes. Y mi admirado y querido Antonio de Pinto también me acompañó en este concierto tan curativo para mí. 

Después del día 4 de Diciembre del 12, ya no he vuelto a sufrir por subir a un escenario. He aprendido a concentrarme, a no caer en la bobada de decir chorradas, a hacer música, arte, algo que está en mis venas y que no sabido defender al cien por cien hasta ahora. Tengo mucho que agradecer a los artistas a los que he observado este último año en Micro abierto, y también a mi sufrimiento y aprehensión, que me han empujado a buscarme más. Aún sigo buscando, pero ya estoy muy contento.

El concierto se puede ver entero en esta lista de repoducción. Los vídeos los ha grabado Flabio Barón. No son vídeos normales, son creativos y dinámicos, me gustan mucho.

Después de este concierto vino el de Enero, el día 8 en Libertad 8. (Aquí sólo hablo de los conciertos que doy en Madrid, uno mensual, no hablo de los que hago en otras ciudades, ya que me estoy tomando el circuito de conciertos de la capital como un laboratorio donde experimentar y crecer). Este lo hice con ese nuevo estatus alcanzado en Diciembre en el Dog. Estuve acompañado por los mismos colaboradores. Con Manu me preparé más canciones, nuestro ensayo pasó a durar más de una hora... Comenzamos el concierto él y yo tocando mi nueva canción: "Conciencia". La diferencia de este concierto con el anterior fue que, en vez de acabar físicamente destrozado, como me pasó en el Dog, esta vez terminé pleno de energía, y sentí ganas de mezclarme con la gente sin bruma en los ojos. 

Aún no he fijado la fecha de mi próximo concierto, avisaré en cuanto sepa algo. Quería añadir a esta entrada de blog, para terminar, los excenentes vídeos que me han hecho en Sesión de Micro abiertos, grabados en mi propia habitación, mi taller, mi picadero, mi lloradero. Son tres canciones fundamentales para mí en este momento: "Con naturalidad", "Sobrenatural" y "Lo nuestro es llover". Espero que os gusten. Gracias por leerme.



1 comentario:

  1. He leído la crónica de tu concierto con cierto desasosiego. Y con envidia, Andrés, al leer sobre experiencias y sentimientos de los que puedes escribir por haberlos vivido.

    Yo también quiero pasar por eso.

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