El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.
Voy a empezar con la canción que abre la primera edición del disco (en próximas ediciones habrá algún cambio sustancial), "Persona". Tras meditarlo mucho junto a mi hermano Suso (que tiene una gran destreza para colocar en el orden adecuado las canciones de un concierto o de un disco), decidí que fuera la primera. "Andrés Sudón vive" es un disco de tránsito, un disco que podría no haber hecho, pero que quise sacar adelante para decirme a mí mismo y al mundo que sigo vivo, es decir, que sigo componiendo y tocando sin descanso. Como puse en el libreto, lo considero mi tesis doctoral, una publicación previa al principio de mi carrera profesional. Los discos anteriores ("Imaginación" y "Brujo") fueron discos de aprendizaje. Es a partir de este momento, cuando publique mi nuevo disco "Consciencia", cuando me siento preparado para lanzarme al gran público, ya que creo que con él puedo hacer algo útil para la comunidad: el universo entero.
"Andrés Sudón vive" lo grabé después de una lesión creativa que sufrí en 2006, tras la cual me puse a trabajar concienzudamente para recuperar lo que más me importa, por lo que he apostado toda mi vida: mi creatividad. Escribí infinito para ver si sacaba algo decente. "Persona" fue una de las canciones con las que estuve trabajando durante meses. Si hubiera dejado en la canción todo lo escrito durante su composición, podría haber hecho el disco solamente con ella. Y a pesar de haber dejado sólo lo imprescindible, es una canción larga y densa. Pero a mí me gusta muchísimo.
Quería hacer una canción graciosa, como si la cantara un payaso o una marioneta (abajo un vídeo de mi marioneta Persona Sánchez Paradigma cantando la canción). La he denominado de "auto crítica social", porque expongo las contradicciones que veo en mí mismo, pero que, a su vez, observo en todos los demás. Tras todo lo que he leído y pensado, he llegado a la conclusión de que la persona que somos, es algo artificial, un reflejo lejano de nuestra verdad, una mezcla, siempre desequilibrada, de nuestra mentalidad y nuestra animalidad. Ser una persona concreta es tarea difícil; encontré varias opciones: comportarme de forma neutral y obediente de la moral popular para que todos me comprendieran, buscar mi verdad absoluta y acabar viviendo en una ermita, o admitir que nada en mí es verdad y que la vida es una búsqueda. Gracias a esta canción, yo me he alejado de la idea de que "hay que tener las cosas claras", de que "lo que es es así porque así ha sido siempre", de que "esto está bien y esto está mal". Aunque uno nunca se aleja del todo, "la preclaridad me reconforta", dice la canción. Cada vez que la canto me hago mucha gracia a mí mismo, y me doy mucha pena, me imagino como un muñequito tonto que no sabe qué hacer exactamente: "sé que yo no soy la solución".
Haciendo esta canción me sentí iluminado, es decir, alumbré mi oscuro interior y vi toda la mierda que albergo. Verla es el primer paso para limpiarla, quizá por vergüenza, o más bien por el deseo de ser el mejor ser humano posible. Gracias a escribirla entendí que mi humano (mi animal, mi matemático) no puede estar al servicio de mi persona (la máscara que los contiene); es al revés, mi persona tiene que acercarse al humano que soy. Así no estarán tan apretadas las cadenas que yo mismo me pongo, seré más libre, podré disfrutar de mis incoherencias en vez de lamentarlas. Es un trabajo sin fin, no puedo decir que me sienta una persona realizada completamente, más bien siento que tengo mucho que aprender, que "soy tonto, soy cuerdo".
PERSONA
Vivo en la coherencia patológica,
sumo resto, afirmo niego,
soy tonto, soy cuerdo.
Sólo soy ambiguo para mí,
sé que yo no soy la solución,
ser una persona es tentador.
Me grita un signo de interrogación,
sé que yo no soy la solución,
dormido también soy una persona.
Persona, persona, persona...
Pienso con la apisonadora,
la preclaridad me reconforta,
soy rutinario, soy broma.
Vuelo hacia la normalidad,
sé que yo no soy la solución,
pretérito imperfecto de persona.
Soy alumno del televisor,
sé que yo no soy la solución,
ya no entiendo el término persona.
Persona, persona, persona...
Hablo a palazos de ideas,
giro alrededor del cuadrado,
soy dios, soy átomo.
Camino por la realidad sin red,
sé que yo no soy la solución,
soy una persona con perdón.
Deseo la sangre de otros ojos,
me enveneno a mí mismo en el recreo,
soy culpable, soy bueno.
He sembrado un despertador,
sé que yo no soy la solución,
doblo la persona en el cajón.
Persona, persona, persona...
Soy una persona de verdad,
juego al ajedrez con Lucifer,
sé que yo no soy la solución.
Comentario cariñoso de “PERSONA”
ResponderEliminarEn “Persona”, de Ingmar Bergman, las dos protagonistas interpretan las dos caras de una misma persona. En “Persona”, de Andrés Sudón, el poeta (a partir de ahora, Andrés) canta una amalgama de gestos personales que retratan un ser humano que duda entre más de un yo, que no se atreve a reconocer su personalidad, que no sabe donde termina la propia persona y empieza el personaje que uno se crea con el coadyuvante entorno social.
Con su estilo habitual, que se me ocurre llamar (no sé en qué grado de desatino) “Expectoración de imágenes lírico-descriptivas”, Andrés se describe con metáforas como la genial “He sembrado un despertador (…) doblo la persona en el cajón” que, para mí, dibuja el sentimiento de ser realmente uno mismo solamente en la oscuridad del sueño, cuando el individuo no siente la presión del ser social.
Andrés advierte desde el principio que su coherencia es enfermiza. Sin embargo, la misma canción le lleva la contraria con una sucesión de incoherencias (sucesión que, por cierto, sí resulta bastante enfermiza, aspecto en el que no se contradice). Y es que la canción es la persona en sí misma, que quiere ser fiel a sí misma y luego se engaña, que quiere ser dios y átomo a la vez. “Sólo soy ambiguo para mí” canta Andrés y confiesa que él y su canción no dan respuestas.
Si el oyente termina confuso después de escuchar la canción no es que la canción esté mal hecha. Lo que pasa es que, probablemente, el oyente también sea una persona.