sábado, 14 de septiembre de 2013

Vivir es la clave - Despedida "Andrés Sudón vive" (2)

El sábado 19 de Octubre de 2013 haré un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.



Vivir es la clave by Andrés Sudón on Grooveshark

Lo primero que pienso cuando escucho esta canción para escribir acerca de ella, es lo mucho que he aprendido en los últimos años. "Andrés Sudón vive" es un disco grabado en directo, los pequeños fallos no me importan, pero mi forma de pronunciar, de interpretar, me dan un poco de vergüencilla... El disco es de hace cuatro años, pero la canción la compuse hace once, cuando estaba recién llegado a Madrid. El cambio de ciudad, y su consiguiente enmancipación, me abrió la mente y el alma. Creo que estaba cansado de hacer canciones oscuras, de rebuscar en el fondo de la ciénaga para decir algo interesante. Porque mi sueño ha sido siempre cantar algo que lleve un mensaje, algo que valga la pena. Mi vida de adulto comenzaba como una gran fiesta organizada con el propósito de olvidar un mal trago que me había dado la vida. Libros, películas, sexo, alcohol, porros, paseos largísimos, conciertos locos y cosas similares, aderezaban (bueno, lo siguen haciendo) mi incipiente vida de bohemio. Ya no quería cantarla a mi alma gris, ni hacer canciones de amor absoluto. La cuestión es que no sabía a qué cantar. La primera canción que hice consciente de que se abría una nueva etapa en mi trayectoria como compositor, fue "Prefiero vivir", una canción optimista e intensa que dice en el estribillo "prefiero vivir / a cantar que vivir es lo que vale, / que vivir es la clave, /cantar es cantar, / prefiero vivir". Con esto quiero decir que es más importante para mí vivir las experiencias que hacer y cantar la canciones.

Lo curioso es que en ninguna de mis canciones decía "vivir es lo que vale, vivir es la clave". Era una canción que estaba en mí, pero que aún no había compuesto. En esa época conocí a Patricio B en un taller de creación de canciones impartido por Javier Álvarez. A pesar de las radicales diferencias entre nosotros, nos hicimos inseparables. Venía casi a diario a mi casa para celebrar esa fiesta de la vida. Siempre hablábamos de nuestro futuro como artistas con gran entusiasmo. Nos imaginábamos cantando en estadios de fútbol y cosas así. En una ocasión se nos ocurrió una idea que llevamos a cabo sin dudarlo un instante: yo vivía en la Calle de La Victoria, muy cerca de la Puerta del Sol, en la que hay una gran afluencia de personas. Justo delante de mi balcón había unas cuantas terrazas donde seres de todas partes del mundo se sentaban a comer paella. Sacamos al balcón mi equipo de sonido, bastante potente, pusimos un micro, enchufamos las guitarras, e hicimos un concierto a medias hasta que llegó la policía. Fue una gran experiencia, la gente nos aplaudía tras cada canción, y los que pasaban se quedaban mirando para arriba cortando el tráfico de la calle. La policía fue amable con nosotros, porque el público insistió en que siguiéramos. De este suceso me quedaron dos sentimientos contradictorios: por un lado me encantó cantar para la masa, para todo el mundo, no sólo para mis amigos y para los pocos que se acercaban a mis conciertos; por otro lado sentí que no tenía canciones hechas para la gente, para el gran público, que me había limitado a expresar mis sentimientos de forma críptica y oscura, sólo para mí. Unos días después estaba fumando en el balcón, recordando ese momento, y vino a mi cabeza lo que luego fue el puente al estribillo de la canción:

Quiero que te sientes en tu habitación,
que pongas el volumen en el ventidós,
fuma lo que quieras, préstame atención,
hoy te canto pero no te espanto.

Estaba dispuesto a empezar a hacer canciones para todos los públicos después de una primera y larga etapa de estar aprendiendo a expresarme. Siempre me decían, ¿por qué no haces canciones que se comprendan, canciones susceptibles de tener éxito...? Yo siempre respondía que eso tendría que suceder, que nunca buscaría hacer canciones famosas; tendría que darse la situación en la que una de mis canciones hechas para mí, gustara a todo el mundo. En ese momento de mi vida comprendí que quería cantar para la gente sin dejar de ser yo mismo, sin venderme a los lugares comunes de la masa. Me quedaba mucho trabajo para hacer algo decente al respecto, pero en esta canción hice una firme declaración de intenciones. Porque, aunque lo parezca, "Vivir es la clave" no es una canción de amor romántico, es una canción de amor filántropo, escrita para un gran público portencial. Cuando terminé de escribirla, llamé a Patricio por teléfono y se la canté. Me dijo "por fin has hecho una canción larga que dice las mismas cosas de las que hablas". Sus palabras significaron para mí que había terminado la canción con éxito.

Me he esforzado tanto por decepcionarte,
todo lo seguro me hace más cobarde,
tú no te mereces que te trate así,
me gusta hablar mal de mí
para salvarme.

Amo mis paseos por esta ciudad,
medio mareado cruzo el boulevard,
nunca he caminado por ir tras de ti,
nunca te escribí para buscarte.

Quiero que te sientes en tu habitación,
que pongas el volumen en el ventidós,
fuma lo que quieras, préstame atención,
hoy te canto pero no te espanto.

¡Vive!
Préstame atención.
¡Vive!
Vivir es lo que vale,
vivir es la clave.

Hay un viejo hecho pedazos en la calle,
una suma irreal de realidades,
árboles que necesitan extintor,
no me llega la voz para asustarte.

La urbe se me abre como una fulana anciana,
que si le insisto, hasta me paga,
dame hambre para colocarme,
paso tanto frío como los alambres.

Vuelve a escuchar otra vez esta parte,
el mundo está desierto de lo que vales,
nadie te hablará si sabe lo que sabes,
rediseñarán obviedades.

¡Vive!
Préstate atención.
¡Vive!
Vivir es lo que vale,
vivir es la clave.

La he cagado tanto sólo por gustarte,
cuanto tú me miras me hago vulnerable,
yo no me merezco ser tratado así,
me gusta hablar mal de ti para salvarte.

Viva la lujuria, la calefacción,
vivan los cigarros y la depresión,
quiero ser tan rico como Willy Fog.

Quiero tu dinero, quiero tu secreto,
quiero llegar lejos en el tiempo,
quiero ser tan feo como John Lennon.

Quiero lo que llevas en el interior,
quiero ser druida ser sujetador,
quiero ser tan trepa como Julio César.

Puedo ser azul o puedo ser marrón,
puedo ser un cielo o ser un cabrón,
puedo cantar mejor, pero me cuesta.

¡Vive!
Préstame atención.
¡Vive!
Vivir es lo que vale,
vivir es la clave.


¡Vive!
Préstate atención.
¡Vive!
Hoy te canto pero no te espanto.

3 comentarios:

  1. Lo juro. Después de escuchar la canción y mientras releía el texto, al llegar a lo de "que pongas el volumen en el veintidós" se me ocurre, por curiosidad, comprobar el volumen del mezclador de volumen y estaba... ¡en el 22!

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  2. Comentario cariñoso de “VIVIR ES LA CLAVE”

    “La mejor ironía es la que se disfraza de ironía” (Proverbio tradicional de Enrique Sánchez, de hace unos segundos)

    Andrés Sudón siempre canta en primera persona. Siempre hay un “yo” en sus canciones. Pero, de vez en cuando, aparece un “tú”. Eso sí, Andrés no suele ser generoso en identificaciones.

    ¿Quién es el interlocutor en “Vivir es la clave”? ¿Podría ser un amigo o una amiga, alguien que le conoce y que le padece? ¿Podría ser su público, real y potencial, el oyente que presta atención a sus canciones? ¿O podría ser…? Pues sí, yo apuesto por la tercera posibilidad, que el “tú” de “Vivir es la clave” es el propio Andrés.

    Vivir es renovarse, transformarse, cambiar. De este modo, a lo largo de una vida, un ser humano puede ser varias personas. Y me encanta la idea de que Andrés se haya “esforzado tanto por decepcionarte” a sí mismo. Y que se insufle ánimos para vivir. Eso lo podríamos copiar todos.

    ¿Y el humor de Andrés? Los que le conocen saben que posee ingenio y chispa espontánea en el trato cercano. Pero, ¿y en sus canciones? Personalmente, encuentro que el sentido del humor de Andrés no suele encontrar acomodo en sus complejos textos. Pero sí, hay excepciones, como el humor irónico y a veces absurdo de las cuatro estrofas finales de esta canción.

    Y es que vivir es la clave, pero el humor es la vida.

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