lunes, 14 de octubre de 2013

De la talla de tu piel - Despedida de "Andrés Sudón vive" (6)

De la talla de tu piel by Andrés Sudón on Grooveshark
El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

En el disco hay dos canciones que no son exactamente de mi autoría. Hay una versión y un poema musicado. De la talla de tu piel la hice con un soneto del poeta Raúl Vacas. Nunca he deseado dedicarme a musicar poemas, las veces que lo he hecho, ha sido una casualidad. Esta fue la segunda vez que me sucedió, y fue un caso muy parecido al de la anterior. En las dos ocasiones, la primera vez que leí los poemas, lo hice con la guitarra en las manos, cantándolos directamente

No recuerdo el año, creo que fue en 2004 cuando, en medio de una de tantas noches de esas en las que voy a la deriva escribiendo, leyendo, tocando bajito, mirando lo que hay detrás de mí en el espejo, fumando, etcétera, encontré al amanecer el anuncio de un evento en Libertad Ocho. Era un recital de poesía de Raúl Vacas, al que conocía de oídas por ser de Salamanca. Decían maravillas de él, tanto de su poesía como de su persona. En la página web de Libertad había una sección dedicada a promocionar los eventos. En ella ponían poemas de los poetas que iban a recitar. Con gran curiosidad comencé a leer el soneto titulado Porque mis dedos son de la talla de tu piel mientras estaba tocando una música que acababa de componer. Debían ser las siete de la mañana, de modo que la tuve que cantar muy bajito. Me encantó el resultado, y el texto me parecía delicioso. La arregle un poco y me fui a dormir con ella dando vueltas en mi cabeza, aprendiéndomela de memoria.

Por la mañana, es decir, a las cinco de la tarde, me levanté y lo primero que hice fue cantarla. Tenía una canción nueva, y se lo debía a Raúl. Me preparé corriendo y me fui a Libertad, porque el evento era ese mismo día por la tarde, y quería conocerle y contarle lo que había pasado. Llegué un poco tarde, pero pude ver parte del recital. Con mis ojeras de compositor, me acerqué a Raúl cuando terminó y me presenté. Descubrí que él era muy tímido, se puso colorado cuando le entré. Eso, o que yo tenía un aspecto monstruoso y le daba miedo hablar conmigo. Luego entendí que era una mezcla de las dos. Él también me conocía de oídas. Insistí, como un tarado en ir con él a tomar un vino. Todavía no le había contado lo de la canción, me daba un poco de vergüenza. Me quedé pegado a él y a sus acompañantes, que me miraban como diciendo, "qué hace este fumao aquí". Ya en otro bar, tomando ese vino, hablamos más tranquilamente, le conté lo bien que me habían hablado de él ciertos amigos en común, y lo que me había gustado lo poco que había leído. Por fin me decidí a contárselo. Se puso de nuevo colorado. No sabía si le molaba o no la idea, me pareció muy amable que dijera "nunca antes me han musicado".

Todo ese corte fue porque uno nunca sabe si va a acertar. A mí me parece la música perfecta para el poema, es sensual, elegante, liviana... Pero estaba en el aire la opción de que él tuviera una idea muy diferente del espíritu de la poema, y eso me preocupaba. Y pensé que a lo mejor a él también le preocupaba qué había hecho con su poema este personaje con el que estaba hablando. Además le conté que le había hecho algún cambio a la estructura: los dos primeros cuartetos fueron las estrofas, los dos tercetos el puente, y el título se había convertido en el estribillo. No se la pude cantar, no llevaba mi guitarra, pasó mucho tiempo hasta que la escuchó. A día de hoy somos amigos y hemos trabajado juntos en varias ocasiones. No he vuelto a poner música a ninguno de sus otros poemas, porque sigo manteniendo la dinámica de hacer canciones cuando surgen, como surgió esta. He musicado otros poemas de esta forma, solamente en dos ocasiones lo hice concienzudamente, con Jaime Sabines, y el resultado me gustó tanto como cuando hice las que surgieron espontáneamente. Puede que un día, leyendo a Raúl, me vuelva a suceder, porque es un poeta muy musical, y bastante roquero.


PORQUE MIS DEDOS SON DE LA TALLA DE TU PIEL  

Porque mis dedos son como alfileres
y tus caderas son de alta costura
voy a inventarme alguna arquitectura
para albergar tu frío y tus quereres.

Porque mis labios son como tú quieres
y tu pasión es álgebra madura,
no habrá rincón, ni piel, ni comisura
donde el amor no lleve sus placeres.

Porque tus ojos son como una mecha
y tu palabra es novia de mi almohada
voy a dictarte un nombre y una fecha

para quererte líquida y mojada.
Porque tu cuerpo es tierra y es cosecha
voy a invadir tu inútil madrugada.


Raúl Vacas

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